Vaya por delante mi nulo interés en un festival que considero rancio y, en ocasiones, ordinario. Pero este año José Pablo López, presidente del Consejo de Administración de la Corporación RTVE, ha logrado que vote. A Israel.

Yuval, la joven cantante israelí es víctima del terrorismo de Hamás. El fatídico 7 de octubre acudió con un grupo de amigos a disfrutar del festival de música Nova en favor de la paz. Sobrevivió escondiéndose durante horas bajo los cadáveres de sus amigos, haciéndose la muerta. La joven es una buena cantante. Algunos dijeron valientemente aquello de “volveremos a bailar”, convertido casi en santo y seña de un pueblo herido en lo más profundo y ella ha dicho “volveré a cantar”. Brava.

Resulta sorprendente que desde una muy fanatizada RTVE se pidiera que no se permitiera competir a la joven por el mero hecho de ser israelí:  judeofobia pura y dura que, en mi opinión vulnera el acuerdo IHRA suscrito por el gobierno socialista de la mano de la entonces vicepresidenta, Carmen Calvo. Un acuerdo que denuncia el antisemitismo moderno. Las críticas a Netanyahu son legítimas, por supuesto. Como lo son las críticas a Pedro Sánchez o a cualquier otro gobierno. Pero pedir la exclusión de artistas, deportistas o empresas por el mero hecho de ser judías o israelís es una demostración clarísima de judeofobia. Algo que Europa vivió en Alemania en los años 30. Espacios “Judenfrei”, libres de judíos lo llamaron. ¡Qué miedo!¡Qué asco! Es lo mismo que hace el movimiento BDS, cuyas antisemitas manifestaciones han merecido más de un reproche judicial en España. Neonazis.

Es también alucinante que la dirección de RTVE pretenda poner en duda el televoto del pueblo español que, como sucedió en no pocos países europeos, votó masivamente por Israel y contra la judeofobia. La diferencia entre la opinión pública y la publicada en su máximo esplendor. El sectarismo les impide ver que hemos reaccionado en defensa de la libertad que ellos han querido pisotear. Y eso que tenían lo sucedido el año pasado (Israel arrasó en el televoto español) como antecedente.

Si Pedro Sánchez pretende tapar sus problemas internos de presunta corrupción buscando como enemigo exterior a Israel y dando aliento a odios que deberían de estar más que superados, lo hará con grave coste para España.