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MUNDO ANIMAL | Leishmaniosis: el enemigo invisible

MUNDO ANIMAL | Leishmaniosis: el enemigo invisible

La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria transmitida por la hembra de una mosquita llamada flebótomo. Es una enfermedad compleja por el impacto que causa en la salud de nuestros animales. Al ser un parásito sanguíneo (protozoo), vive y se multiplica dentro de una célula del sistema de defensa inmunitario llamada macrófago, con lo cual es fácil entender que no será igual la respuesta de perros y gatos frente a la exposición a los flebótomos, y que todo será mediado por tener un sistema inmunitario débil o fuerte.

¿Y qué factores van a influir en tener unas súper defensas? La genética siempre por delante: si eres un perro de raza bóxer, pastor alemán, cocker, dóberman o rottweiler, deberíamos extremar las precauciones sí o sí. Después está el entorno y los hábitos, que podemos mejorar, como la nutrición, el estrés, las desparasitaciones frecuentes… Y como conocemos al enemigo, y le gusta picar al anochecer y al amanecer, evitar paseos a esas horas y dormir en el interior de las casas.

Pero hay factores que no podemos modificar, como la edad de nuestros peludos, la zona donde vivimos, si hay vegetación y agua a nuestro alrededor, si padecen alguna enfermedad previa… Con lo cual, la lucha activa frente al parásito es nuestra mejor arma: evitar que les piquen con repelentes como collares y pipetas, y vacunarles.

Os contaré algo más: si vivimos en zona de alta exposición, ¿quiere decir que mi peludo tarde o temprano será picado y desarrollará la enfermedad? Pues depende. Como es un desafío para el sistema inmunitario, el que desarrollen o no la enfermedad será según la respuesta que originen dentro de ellos.

Hay varios tipos de respuesta por parte del sistema inmune. Si nuestros peludos tienen una respuesta celular (de glóbulos blancos), destruirán al parásito y, a pesar de haber estado expuestos, no desarrollarán la enfermedad. Si la respuesta es humoral, crearán muchos anticuerpos, pero poca defensa celular, y los perros enfermarán porque no podrán controlar la infección. Tendrán sintomatología y cambios en sus analíticas clínicas.

Por ese motivo, las vacunas que se han desarrollado frente a leishmania, a pesar de no evitar la infección, ayudarán a que los perros desarrollen respuesta celular (en la mayoría de los casos) y no desarrollen leishmaniosis.

Siempre tiene que estar implicado el flebótomo para transmitir la enfermedad. No se contagia por contacto directo.

Las pruebas de detección precoz se realizarán a finales de otoño y principios de primavera, y el periodo de incubación medio es entre 3 a 6 meses.

 

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