Cuando allá por el mes de julio conseguimos salir de vacaciones unos días a la playa, cayó en mis manos accidentalmente buceando por redes sociales un curso sobre la terapia ABA para personas con autismo. El Análisis de Conducta Aplicado, es un tipo de terapia intensiva surgido en Estados Unidos. Es altamente eficaz para trabajar diferentes áreas de la persona con esta discapacidad, dotando a los padres de una valiosa formación para su día a día con su hijo. Rápidamente nos metimos de lleno en ello, y nuestra experiencia no puede ser mejor.

Este método fue introducido por el psiquiatra Ivar Lovaas en la Universidad de UCLA y se basa en la Psicología Conductual. Si partimos de este origen a la actualidad, este método se ha ramificado. Cada una de las líneas de intervención desarrolladas posteriormente en EEUU, comparten la misma base con algunas diferencias.

Para que este método sea eficaz, es imprescindible la coordinación del equipo de intervención y la familia, de manera que los aprendizajes adquiridos en sesión, puedan ser generalizados al resto de contextos, al tiempo que en contextos naturales puedan seguir aprendiendo a través de sus familiares.

Por ello, se crea un ambiente estructurado, se define una línea clara de interacción con el familiar que tiene TGD (autismo o asperger) y se forma a los familiares en este tipo de terapia. Es un tipo de terapia intensiva, que se centra en evaluar las habilidades presentes en todas las áreas de la vida del pequeño: social, académica/cognitiva, lenguaje y comunicación, motora y autonomía personal. A partir de dicha evaluación, se crean los programas necesarios para desarrollar las habilidades necesarias en cada una de las áreas. Para ello, cada uno de los aprendizajes a enseñar, se divide en una serie de pasos jerarquizados más sencillos, que le permitirán alcanzar el siguiente objetivo.

Las principales características de la terapia ABA son varios y los programas a aplicar parten de protocolos cuya eficacia ha sido probada científicamente: el procedimiento es estructurado, con sesiones claras y muy definidas sus actividades. Se lleva a cabo un registro sistemático reflejado en tablas y gráficas. Esto permite tener una idea clara de la evolución del niño tanto para los padres como para los terapeutas, así como llevar a cabo una supervisión de cada tarea programada.

Cada aprendizaje es reforzado con una actividad atractiva para el paciente, de tal manera que dicho aprendizaje es, por tanto, individualizado y adaptado a cada niño. Otra característica es la generalización, se trabaja del lugar de terapia al resto de contextos, algo básico para las personas con este trastorno.

Desde cada gabinete especializado en ABA se aplica esta terapia de forma intensiva, y así mismo, se otorga gran importancia al juego, al desarrollo de las habilidades necesarias para aprender a jugar y al juego como medio para conseguir otros aprendizajes.

El objetivo es que durante las horas que dura la terapia, el niño no sólo aprenda, sino que también disfrute. Es un método demostrado científicamente beneficioso para niños con TGD, por lo que todos los padres deberían llegar a conocerlo.