Es muy probable que a estas alturas de noviembre, muchas personas estén preparando sus vacaciones navideñas. ¡Qué placer más grande planificar, buscar y reservar unos días de asueto para disfrutar en familia! En este pequeño artículo quiero hacer dos recomendaciones originales, y de paso reconocer mi admiración y mi sana envidia hacia estas ciudades: Channel- Port aux Basques en Terranova, Canadá y la otra es un pequeño pueblo de Irlanda, Clonakilty.

Dos pequeñas poblaciones, sin grandes monumentos, sin atractivos turísticos que arrastren masas, pero dos ejemplos mundiales de lo que unas pocas personas pueden hacer con un gran corazón y empatía hacia personas con autismo.

Son lo que se llama Autism Friendly, ciudad amigable para aquellas personas que padecen el trastorno de espectro autista.

En el caso irlandés, Clonakilty es el primer pueblo en conseguir esta denominación. Para que el pueblo obtuviese el título, más de 200 organizaciones trabajaron con la organización solidaria "As I Am". Los negocios de Clonakilty fueron acreditados después de implantar cuatro medidas: colocar mapas y guías visuales en sus instalaciones, asegurarse de que sus edificios estén abiertos para perros de servicio y asistencia, establecieron también zonas de relajación para visitantes o invitados que se sientan abrumados sensorialmente por el entorno, y por último, establecieron periodos de tiempo de silencio que son entornos adaptados para los visitantes con problemas sensoriales. Además de eso, el personal, los trabajadores y los miembros de la comunidad, han estado recibiendo capacitación específica para ser amigable con el autismo. Estos pequeños cambios no solo harán una diferencia tangible en la vida de personas con este trastorno, sino que también tendrá un impacto mucho más amplio retando indirectamente a negocios, organización y comunidades a lo largo de Irlanda, a pensar en lo que pueden hacer para ser más amigable con el autismo.

El caso del pueblecito costero de Terranova en Canadá nace de la negativa de dos madres a quedarse de brazos cruzados ante las necesidades especiales de sus hijos. Con la ayuda de una maestra local de educación especial jubilada, han hecho del pueblo un entorno de lo más confortable tanto para los niños afectados como para sus familias. El germen fue un pequeño grupo comunitario de padres donde compartían experiencias ("Autism Involves Me": el Autismo me concierne) y crearon un modelo de inclusión simple y de bajo presupuesto capaz de ser implementado en cualquier pueblo con voluntad para ello.

Todos los negocios, comercios, restaurantes y hotel del pueblo han sido adiestrados e informados para acoger a clientes especiales, y a su vez la maestra de educación especial, ha realizado salidas programadas y planificadas con los niños para mejorar su inclusión social mediante ensayos dirigidos a los principales comercios: visita a un supermercado, peluquería, correos, biblioteca...etc. con gran éxito para los niños. Ojalá surja una iniciativa parecida en algún lugar de España, desde luego a empáticos y sociables nadie iguala al pueblo español. Y si alguna administración pública estuviera dispuesta a iniciarlo, aquí cuentan con una madre muy dispuesta. ¡Les espero encantada!