Es otoño y, sin embargo, Madrid florece. Florece a pesar de que Pedro Sánchez se emplea cada día, de forma concienzuda y con todos los medios a su alcance, en tratar de engullir esta Comunidad Autónoma que es la locomotora de España, no solo a nivel económico, sino en emprendimiento, turismo, digitalización, deporte, cultura e ideas. Y lo hace con la vergonzante complicidad y colaboración de los partidos políticos de la oposición, solo hay que ver cómo transcurren las sesiones plenarias en la Asamblea de Madrid.

Este mes de octubre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha realizado un viaje institucional a la capital de Texas, Austin. Allí, Díaz Ayuso, ha fortalecido lazos con Estados Unidos, precisamente en un momento en que las relaciones con España atraviesan un momento más que amargo por culpa de las políticas internacionales de Pedro Sánchez. Y así, mientras Sánchez destruye, Ayuso construye. La presidenta madrileña tenía motivos más que suficientes para visitar la ciudad norteamericana, ya que Estados Unidos en el segundo país inversor en la Comunidad de Madrid, con más de 3.375 millones de euros recibidos en 2024, es decir, que aportó más del 10% del capital extranjero en nuestra región. Y, además de motivos, Díaz Ayuso tenía ganas, ganas de buscar nuevos inversores y proyectos que traigan riqueza y desarrollo a nuestra comunidad. Es lo que los ciudadanos esperan de un servidor público, que mire por los intereses del conjunto de la sociedad. Algo que tristemente no ocurre con el Gobierno nacional, que en la actualidad y ya sin ningún tipo de disimulo ni pudor, trabaja sólo en favor de los intereses personales de su autócrata líder o como diría el ministro Óscar Puente, del “puto amo”.

En Austin, entre otros muchos encuentros con empresas y representantes públicos del más alto nivel mundial, Díaz Ayuso se reunió con altos cargos de la multinacional Cisco, de Amazon Web Services, de Cloudera, con la vicerrectora de la Universidad de Texas, el alcalde de Austin, y con el presidente y CEO de la Fórmula 1. Y con todos ellos ha formalizado acuerdos y proyectos clave en sectores estratégicos de interés para el crecimiento y el desarrollo de la Comunidad de Madrid.

Y frente a los tangibles frutos del trabajo realizado por Ayuso en Texas, la mediocridad de la izquierda más rancia volvió a asomar con todo su esplendor en el pleno de la Asamblea madrileña. Desde Más Madrid afirmaron que “todas las reuniones y todas las fotos que se hizo las podría haber hecho en Madrid", y la portavoz del PSOE afirmó que la presidenta había viajado para “ver carreritas”. No se puede ser más corto de miras… hay que ser muy, pero que muy paleto para decir semejantes majaderías. La izquierda, una vez más, pensando a lo pobre, y viendo la paja en el ojo ajeno. Deberían ser más escrupulosos y exigir explicaciones con la misma contundencia sobre los gastos de los viajes de Pedro Sánchez, que ya ha dado la vuelta al mundo cinco veces y utiliza el Falcón hasta para ir a la esquina…

La realidad, por más que algunos quieran taparla, es que mientras Trump amenaza a España con su salida de la OTAN o con la imposición de nuevos aranceles comerciales por la nefasta y ridícula gestión internacional de Pedro Sánchez, Díaz Ayuso ha animado a los empresarios norteamericanos a invertir y confiar en Madrid, hub digital del sur de Europa y puerta de entrada al continente; ha anunciado la creación de un nodo de industria e innovación en defensa y seguridad para uso militar y civil que sitúe a Madrid con referencia en Europa; creará junto a la tecnológica norteamericana Cloudera el laboratorio de datos e IA más avanzando de Europa en el sector público; lanzará junto a Amazon Web Services un labortorio pionero destinado a potenciar el talento en la IA para alumnos que estén cursando Formación Profesional, etc., etc., etc.

Y sí… en 2026, la F1 volverá a Madrid, generando en la región más de 450 millones de euros anuales de ingresos y 10.000 puestos de trabajo directo.

Esta es la prosperidad que escuece a la izquierda. Esta es la realidad que trata de boicotear Pedro Sánchez. Mientras Sánchez destruye, Ayuso construye. Los madrileños lo sabemos y lo reconocemos. Madrid sigue floreciendo.