Después de la celebración de San Sebastián Chico donde los más jóvenes fueron los protagonistas, los villaodonenses han celebrado, este 20 de enero, el día Grande de las Fiestas en honor a su patrón, declaradas de Interés Turístico Regional.

La Hermandad de San Sebastián, que cuenta con aproximadamente 1.300 miembros, mantiene en el tiempo tradiciones de gran valor etnográfico como las pujas, el baile del Rondón o la subasta de andas del Santo.

Se trata de una Fiesta eminentemente religiosa con tradiciones en las que participan todos los vecinos en un clima de hermandad, convivencia y alegría que se vive fundamentalmente en la Plaza de la Constitución, donde hay cabida para todos, niños, jóvenes y mayores que comparten bailes, viandas, limonada o bocadillos. La Hermandad de San Sebastián, presidida por Miguel Ángel Ron, animó, un año más, a participar en esta tradicional fiesta.

Celebración de los festejos

El viernes 19, vísperas de San Sebastián, la tarde comenzó con un pasacalles por las calles del municipio, amenizado por la Banda de Música, posterior Ofrenda de una corona de flores en la placa conmemorativa a los Hermanos fallecidos, y Chupinazo de inicio de fiestas.
A las 19.00 horas se llevó a cabo la Bendición del vino para la limonada del día siguiente. Hubo, además, la tradicional cata de vino y degustación del típico bacalao, baile público y concurso típico de Rondón.

El lunes 20, festividad de San Sebastián, la jornada comenzó a las 9.00h., con pasacalles y con la
salida con la Junta, Autoridades y Hermanos desde la Plaza de la Constitución hasta la Iglesia de Santiago Apóstol, donde se celebró la Misa Mayor en honor a San Sebastián y posterior Procesión del santo. Al finalizar la procesión tuvo lugar la tradicional subasta de andas y rifa del ramo de laurel del Santo entre los Hermanos. A las 12.00h., se realizaron las tradicionales Pujas.

Y a las 15.00h., se sirvió la famosa limonada que acompañó la comida. Por la tarde, la Plaza de la Constitución acogió Baile de El Rondón y posteriormente, Baile público, con el que se puso fin a los festejos.