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Jerusalema

Jerusalema

 

El mundo se cae a pedazos y su mensaje vuelve a resurgir. Él sigue aquí, entre nosotros y no nos va a abandonar. Nos ha enviado una señal muy clara cuando más lo necesitábamos.

A las hambrunas, las guerras, el terrorismo, la violencia, la injusticia, el abuso sobre el prójimo y a tantas otras penalidades que por desgracia asolan la humanidad con triste cotidianidad, ha venido a sumarse esta cruel pandemia que está sacudiendo el mundo a base de dolorosos zarpazos, para llevarse entre sus garras, cada día, la vida de miles de personas en todo el mundo.

Y así, en medio de tanta desolación, surge con una fuerza extraordinaria un himno de esperanza que algunos han considerado direccionado para “combatir” la pandemia pero cuya verdadera importancia trasciende de la mera enfermedad. Su letra, su mensaje van mucho más allá. La canción Jerusalema acaba de llegar al puesto número uno de la Lista 40 Principales en España y se ha convertido en uno de los nuevos hits mundiales.

La canción ya suma más de 209 millones de reproducciones en Youtube y en las redes sociales se pueden encontrar miles de vídeos con distintas coreografías bajo el hashtag #JerusalemaChallenge. Resulta absolutamente asombroso que en un momento en el que la sociedad mundial se desmembra de valores y afectos, este himno haya conseguido unir a tantas personas, tan diferentes, de los cinco continentes, en un ritmo que no tiene fronteras.

Master KG y Nomcebo han sido los artífices de semejante milagro. La canción escrita en idioma venda -hablado en Sudáfrica- nació como una canción gospel y curiosamente se ha popularizado en su lengua original, aunque posteriormente la letra se ha traducido a diferentes idiomas y se han realizado numerosas versiones.

¿Cómo es posible que en los tiempos que corren haya calado en el corazón de millones de personas una canción cuya letra habla de la ciudad de Jerusalén como un lugar de hermanamiento para todo el mundo? Algunos de sus versos dicen "Jerusalén es mi casa, sálvame y camina conmigo, no me dejes aquí" o "Mi lugar no está aquí", "mi Reino no está aquí".

Pues sí, el mensaje está calando hondo. Es, principalmente, un mensaje de esperanza que nos llega a través del lenguaje universal de la música, sin duda la vía más eficaz de llegar a todas las almas, incluso a tocar a aquellos que nunca imaginaron que la palabra Jerusalén saldría de su boca con semejante esperanza y alegría.

Pero los milagros no cesan, sino que se van sucediendo como una ola que desea llegar a cada rincón del planeta. Y en esta expansión, los niños del Refugio Masaka Kids África de Uganda, realizaron un papel maravilloso -seguramente sin ser conscientes de la repercusión que tendría su acción- y crearon coreografías que subieron a Youtube con el fin de conseguir fondos para el orfanato donde viven. Hoy, famosos, cantantes, deportistas y otras celebridades han seguido su ejemplo por todo el mundo.

Tenía que ser ahora. Tenía que ser Jerusalén. Tenía que ser a través de la música. Tenía que ser impulsada por los pequeños huérfanos de uno de los lugares más desfavorecidos del planeta. Tenía que ser Él. “Camina conmigo, no me dejes aquí”.

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