Muchos han sido los vecinos que este 28 de abril han querido formar parte del cortejo que, dando muestra una vez más de la gran emoción y respeto que sienten por la Virgen de la Esperanza, han revivido un año más una de la tradiciones locales más singulares, la ‘traída’ que, siempre coincidiendo con el último domingo de abril, representa el regreso de la talla al casco urbano para ser venerada a lo largo de todo el mes de mayo en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, donde cada tarde se seguirá el rezo de las ‘flores’.
Y la expectación resultó máxima, de principio a fin, en esta celebración acentuada por la devoción y el cariño que se le profesa en Valdemorillo a la Señora de la Esperanza, un sentimiento que se mantiene, de generación en generación, y que se hace especialmente visible en fechas como ésta, presentándose como el prólogo de la gran jornada festiva que se vivirá en junio con la multitudinaria romería en la que el pueblo nuevamente acompaña a la Virgen, en este caso hasta su altar habitual en la ermita de Valmayor.
Tarde muy especial la vivida así en esta villa, en la que volvió a brillar especialmente el esfuerzo e ilusión de los miembros de la Hermandad de la Virgen de la Esperanza por cuidar todos los detalles y donde los valdemorillenses han respondido con su participación, contándose también el alcalde y demás corporativos entre la comitiva que ha compartido los momentos especialmente emotivos que se sucedieron en este ‘retorno’ de la Virgen de la Esperanza al encuentro con el pueblo. Desde la partida de la ermita, al paso por un tramo de la M-600, contando con el oportuno dispositivo de seguridad en el que participaron Policía Local y los voluntarios de Protección Civil, hasta la llegada al paraje de Cuesta Pastor, el simbólico recibimiento que siempre le brinda la Hermandad del Santísimo Sacramento en la Plaza del Cristo, portando la imagen de San Isidro Labrador y la llegada, ya de noche, al templo parroquial.